viernes, 24 de octubre de 2008

Preludio de un regreso

Voy a volver, eventualmente. Aunque nadie me lea. Cuando tenga internet en mi casa, será otro cantar.
 
///

Pensé que conocía unas cuantas historias buenas para contar a los demás, y descubrí, o confirmé, que escribir era lo mio. Muchas veces había llegado a convencerme de que ese oficio solitario no valía la pena si uno lo comparaba, pongamos por caso, con la militancia o la aventura. Había escrito mucho y publicado mucho, pero me habían faltado huevos para llegar al fondo de mí y abrirme del todo y darme. Escribir era peligroso, como hacer el amor cuando se hace como debe ser.

Aquella noche me di cuenta de que yo era un cazador de palabras. Para eso había naciodo. Esa iba a ser mi manera de estar con los demás después de muerto y así no se iban a morir del todo las personas y las cosas que yo había querido.

Para escribir tenía que mojarme la oreja. Yo sabía. Desafiarme, provocarme, decirme: "No podés, a que no". Y también sabía que para que nacieran las palabras yo tenía que cerrar los ojos y pensar intensamente en una mujer.

(Eduardo Galeano, Días y noches de amor y de guerra)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay gente que te lee... eso sí partimos de la base de que soy gente o, en su defecto, persona.

Nadie Nunca Nada.- dijo...

gracias por volver.
Mis más sentidos saludos, y besos, pero no me los devuelvas que tu barba pincha.-