En los espacios vacíos que dejás entre tus palabras, quisiera mentirte y decirte más de lo que puedo. Quisiera ignorarte, y relegarme a una vida de olvido. Porque sí, soy uno de esos que se regodean en su propia miseria, que siempre amagan con tocar el fondo, con raspar con la cuchara el telgopor. Que me ayudes a salir del fondo, es algo que rara vez me puedo permitir. Claro, yo, el omnipotente, el todopoderoso. Pero ahora, que una firma condena mi futuro a mediano plazo hasta el principio del otoño y no te puedo dar lo que querés, sé que te voy a decepcionar. Pero como te conozco, me vas a abrazar y a decir "no pasa nada". Pero recordando aquella isla, aquellos momentos... en el fondo, lo único que nos queda es el ahora. Ahora es el momento de hablar, de gritar, de agarrarte fuerte de la mano y jugar a tocar el fondo, y a salir mirando la luz del sol, el primer aire, el primer viento.
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