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sábado, 21 de junio de 2008

El toro por las astas (Osvaldo Bayer, 21/6/08)

Artículo en Página del gran Osvaldo Bayer. Para leer y aprender cómo pensar las cosas y darle siempre una vuelta más de tuerca al asunto.

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Es increíble la irracionalidad del mundo. Pero el hombre persiste. Sigue rigiendo la ley del dinero. Más dinero, más poder. Así de sencillo. Por ejemplo, que los alimentos del mundo estén en manos de un núcleo de personas surgidos en su mayoría de los dueños de la tierra. En un mundo con limitaciones –y las conocemos con respecto a las reacciones de la naturaleza y a eso que llaman la bolsa y la ruleta de las acciones o las altas y bajas de las divisas– las grandes líneas a seguir no las dictan los que defienden la vida a ultranza, ni siquiera los políticos elegidos en las urnas, sino los que tienen el verdadero poder. Lo vemos actualmente en Europa. Hoy el diario Frankfurter Rundschau –lo cito porque es un órgano que a veces, muy pocas veces, lástima– se atreve a decir basta. Hoy, viernes, le dedica toda su tapa, toda, a denunciar la inhumana política europea con respecto a los seres humanos del tercer y cuarto mundo que buscan refugio en Europa, los denominados “ilegales”, que llegan de todos los países pobres. En la tapa de ese diario está en grandes letras la palabra Europa atravesada con alambres de púa. Y luego, en letra pequeña, este párrafo: “Con toda dureza, los estados europeos proceden contra los que buscan refugio. Europa se comporta así como si sólo tuvieran derecho a una vida en dignidad los que nacieron en el continente correcto. Cómo ese apartheid hace ricos a los nuevos contrabandistas de personas, arroja cadáveres a las costas españolas y lleva a que los chechenos perseguidos no encuentren protección, informamos en la edición de hoy, el Día de los Refugiados”.

Sí, Europa ha decidido hacer ya en un tono leguleyo lo que lleva a cabo Estados Unidos en sus fronteras con los “latinos”. Es el sistema. Esa Europa que estableció después del “descubrimiento” la esclavitud y la explotación de sus colonias africanas y americanas no se hace responsable por ello. Pero eso sí, sigue aprovechando el comercio con las elites de esos países que dominan sus economías y producen la pobreza, y por tanto la violencia.

Cuando uno lee las noticias de la Argentina, comprueba que la Sociedad Rural acompañada por otras organizaciones, que en conjunto siguen siendo dueños y señores de la tierra (algunos más, otros mucho menos, pero están juntos), hacen un “paro” patronal. La tierra, que significa el pan, que no tendría que pertenecer a nadie sino a todos, es de ellos. Esa tierra que tendría que ser de todos, como la sombra de los árboles en verano, como los caminos, como los ríos, como el derecho a la enseñanza, como el derecho a la salud. Causa hasta vergüenza que ninguno de nuestros gobiernos haya ido a golpear a la puerta de la Sociedad Rural y les haya preguntado: ¿de dónde tienen ustedes la tierra, quién se las otorgó, cómo llegaron a ella? La pregunta que tendríamos que hacerles todos a los estancieros, los latifundistas. ¿Cómo es posible que ningún Congreso nacional en toda su historia haya tratado el tema de los títulos de la propiedad de las pampas increíblemente fértiles e interminables o haya nombrado una comisión que estudiara a fondo cómo llegaron esos señores a la posesión de tales extensiones? No, no se hizo nunca. Se aceptó a libro cerrado esa historia terriblemente injusta y cruel. De eso no se habla. Y todos concurrieron a inaugurar el monumento a Julio Argentino Roca, el que dictaminó la muerte al “salvaje o bárbaro”. Y cómo después va a comenzar el otro capítulo, el de la explotación de los verdaderos trabajadores de la tierra, los “peones en negro”, como es habitual. Peones y sirvientas no entran por la puerta del Derecho.

Es hora de llamarlos a rendir hoy cuentas de cómo sus antepasados obtuvieron esas tierras. Sin ninguna duda, la mayoría fue después de la campaña de Roca, con el exterminio de los habitantes originarios. Lo dice toda la documentación histórica. Fue la Sociedad Rural presidida por José Martínez de Hoz –apellido bien conocido por los argentinos– quien va a apoyar y promover la campaña de Roca, por ejemplo, ofreciéndoles las “mejores caballadas” de los estancieros. Después del genocidio se otorgaron más de 41 millones de hectáreas a 1843 estancieros, entre ellos a la familia Martínez de Hoz, que recibió nada menos que 2.500.000 hectáreas. Y luego en la lista de beneficiarios estaban los Anchorena, Leloir, Temperley, Atucha, Ramos Mejía, Miguens, Unzué, Llavallol, Señorans, Martín y Omar, Real de Azúa, Luro, etc. Todos apellidos de la “aristocracia” de la tierra. El general Roca se quedará con 65.000 hectáreas, para “empezar”, y se otorgarán otras 7.450.000 hectáreas a los militares autores del genocidio. Lo dice el propio Domingo Faustino Sarmiento, en el diario El Censor del 18.XII.1885, textual: “Es necesario llamar a cuenta al presidente y a sus cómplices en estos fraudes inauditos. El presidente Roca, haciendo caso omiso de la ley, cada tantos días remite por camadas a las oficinas del Crédito Publico órdenes directas, sin expedientes ni tramitaciones inútiles, para que suscriba a los agraciados, que son siempre los mismos, centenares de leguas”. Por eso, durante la Década Infame, los conservadores levantaron el monumento a Roca en la Diagonal Sur de la Capital. Y ahí estaban todos, en primera fila los miembros de la Sociedad Rural. El mismo Roca aprobará la Concesión Grünbein, por la cual se otorgaron miles de hectáreas en la Patagonia principalmente a ingleses provenientes de las islas Malvinas. Que financiaron a los “cazadores de indios”. Una libra esterlina por par de orejas de tehuelches. La Sociedad Rural también apoyó firmemente la represión de los peones rurales patagónicos en la matanza de 1921 para no hablar de su influencia en la política de los centros provinciales.

¿Cómo es posible que jamás en la Argentina se haya intentado una reforma agraria? Seguimos aceptando un régimen que pertenece al medievo. Se tiene que dictar una ley poniendo una valla a la posesión, un máximo de hectáreas y dar preeminencia a las cooperativas de productores. Para ello, crear escuelas en cada ciudad del interior de más de cincuenta mil habitantes sobre administración del campo, ciencias agrícolas y ganaderas, para que los hijos de los trabajadores de la tierra puedan ya ser los técnicos futuros del campo.

Nada se arregla ahora con bajar o subir las retenciones, sino que la única solución es democratizar la posesión de la tierra. Y que sean esas mismas cooperativas las que se encarguen de la comercialización de sus productos.

Es lamentable que la Federación Agraria, aquella del Grito de Alcorta, no haya continuado su lucha de hace un siglo y que hoy busque como aliados a quienes están en la vereda de enfrente. Me viene a la memoria el movimiento del campo iniciado por integrantes de la Federación Agraria y apoyado por su diario La Tierra, en febrero de 1975, en el gobierno de Isabel Perón. Las otras organizaciones patronales del campo –Sociedad Rural, Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas– repudiaron las acciones de protesta. También Carbap, a través de su titular, Jorge Aguado, tuvo palabras muy duras contra el citado movimiento. Más tarde, en septiembre, del mismo año, sí, la Federación Agraria se plegó al movimiento de reivindicaciones de las Confederaciones Rurales Argentinas, a la que pertenece Carbap. Por lo que el periódico El Auténtico dirá: “La falta de una adecuada política económica tendiente a garantizar el precio de las cosechas, que hace que los pequeños y medianos productores queden a merced de los grandes monopolios exportadores, explica la decisión de la Federación Agraria de plegarse a una huelga hegemonizada totalmente por la más rancia oligarquía”. Hace treinta y tres años.

El diario La Prensa, por supuesto, apoyó el movimiento de la oligarquía del campo señalando que “De hecho, los gobiernos han mantenido una incoherencia sistemática respecto de la agricultura... que puede expresarse como desprecio por la merecida consideración de esa actividad productiva en el conjunto de los intereses nacionales”. Intereses nacionales.

La verdadera solución llegará cuando se lleve la verdadera democracia a la tierra. Ni terratenientes ni siervos. Que la alimentación de las ciudades no dependa de un triunvirato todopoderoso de los dueños de la tierra. Ojalá que la Iglesia Católica tome como modelo al obispo Angelelli, aquel que dijo en el púlpito, en ocasión de la muerte de un leñador y después de ver con sus propios ojos cómo sus compañeros llevaban el cuerpo sin vida sobre los hombros y lo enterraron así porque no les alcanzaba el dinero para comprar un ataúd: “En qué país vivimos que ni siquiera los leñadores pueden lograr la madera que abrace y contenga a sus seres queridos a la hora de la muerte”.

Al día siguiente, Angelelli yacía sin vida tirado en el suelo de una tierra por la que tanto luchó. Realidades constantes.

Fuente

miércoles, 28 de mayo de 2008

Galeano: "Importa más alimentar autos que personas"

Presenta su libro “Espejos. Una historia casi universal”

Galeano: “Importa más alimentar autos que personas”

Preocupado por la ecología, el escritor uruguayo se quejó de “la maldición del monocultivo” en nombre del “sacrosanto automóvil”. Habló de su última publicación, una historia de “despreciados”.

Los libros nacen cuando de verdad han crecido dentro, como en el embarazo de las mujeres, asegura el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Así fue con Espejos. Una historia casi universal, que se propone nada menos que contar la historia de la humanidad, pero además desde el lado "de los que no salieron en la foto".

"Uno siente que un libro le anda dentro como un niño en el cuerpo de una mujer. Y en ese sentido yo siempre digo que los libros me escriben, ellos son los que me dictan lo que quieren ser", explica Galeano a la agencia de noticias dpa en una mañana nubosa de mayo, en medio de su gira para presentarlo en España. Al comienzo fue una idea difusa, pero "el libro se fue armando a sí mismo, de un modo al principio un poco loco, incoherente. Después fue logrando un ritmo interno que hace que salte de un tiempo a otro y de un lugar del mapa a otro con libertad, pero no una libertad enemiga de la lectura".

De hecho, no existe confusión para el lector, sino que éste se ve conducido por "un hilo tenue, como invisible" de unos personajes a los demás en los más de 600 microrrelatos. "Cuando uno se mira al espejo, uno cree que se mira y ahí está el principio y fin del espejo, pero en realidad los espejos tienen una enorme cantidad de caras previas que han estado allí y que quisieran seguir estando", señala el autor de Memorias del fuego con respecto al título. "El espejo nos devuelve a los que no salieron en la foto, y son los que en el libro me tocaron el hombro y me dijeron: yo quiero estar ahí".

Los protagonistas, como es habitual en las obras de Galeano -quien vivió exiliado en Argentina y en la costa catalana en los años 70, durante las dictaduras militares del Cono Sur- son los "excluidos, los nadies, los pobres, las mujeres, los negros y otras culturas del sur del mundo que fueron despreciadas". Ellos dan vida a historias que pasaron pero que han sido olvidadas, o se conocen muy poco. Y que surgen "de la certeza de que el arco iris terrestre es más colorido que el arco iris celeste, y que ha sido mutilado. Mutilado por ejemplo por el machismo, que suprimió a la mitad de la humanidad, a las mujeres. Y que condenó la diversidad sexual. Y por el racismo, que partió de un olvido interesado: se olvida de que somos todos africanos emigrados". "Los humanitos venimos todos del Africa, desde los blancos blanquísimos hasta los negros retintos, y los que no vivimos en el Africa somos todos africanos de origen, emigrados. Los pueblos se lanzaron a la conquista del mundo cuando no se exigía más pasaporte que las piernas caminantes", subraya.

En ese sentido, califica de "paradoja reveladora" lo que ocurre ahora en Europa, con el endurecimiento de las legislaciones contra los inmigrantes, a los que se equipara con delincuentes. "Europa derramó población sobre el mundo entero, sin inconveniente ninguno, y lo hizo en nombre de Dios al principio y después en nombre de la civilización y el progreso". "Pero ahora ocurre la invasión de los invadidos, y el norte no puede quejarse de las consecuencias de sus actos, porque organizó un mundo donde hay una inmensa cantidad de desesperados. Nadie emigra porque quiere. Lo hacen corridos por el hambre, la sequía, por las guerras, por el desamparo. Y en vano golpean a las puertas que se cierran en sus narices. Yo digo que es una paradoja reveladora porque este mundo predica la libertad del dinero, pero practica la prisión de las personas".

Cuando no estaba de moda hacerlo, Galeano hablaba ya de la defensa del medio ambiente, en libros como Uselo y tírelo. Cree ahora que en los últimos tiempos se ha avanzado algo, pero que aún estamos lejos de haber recuperado "la primitiva sabiduría de algunas culturas que supieron vivir en comunión con la naturaleza". Eso se ve en el hecho de que "el mundo esté ahora pendiente de cómo alimentar a los automóviles, cuando el mundo está lleno de seres humanos con hambre. Y que para alimentar a los automóviles vuelva otra vez la maldición del monocultivo en los cañaverales o en la soja, en nombre del sacrosanto automóvil, que es el rey de los reyes, porque el miembro más importante de la familia duerme en el garaje", denuncia.

Pero pese a ello ocurren cosas positivas, como en la nueva Constitución de Ecuador, una noticia que no ve recogida en ningún medio. "Por primera vez en la historia de la humanidad", a la naturaleza se la considera en el texto como sujeto de derecho. "La naturaleza siempre fue objeto de propiedad, pero no sujeto de derecho. Y es la primera vez que se reconoce que tiene derechos propios y que es obligación de los Estados defender esos derechos, que son de la naturaleza, porque nosotros somos parte de ella, pero ella llega mucho más allá de nosotros".


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Fuente: http://www.perfil.com/contenidos/2008/05/27/noticia_0020.html
(mirá qué tal Perfil, eh...)

martes, 13 de mayo de 2008

Bruno (por Osvaldo Bayer)

Contratapa escrita por Osvaldo Bayer el sábado pasado. Desde acá, todos mis respetos hacia él, que seguramente no va a leer este blog.
Leanlo ustedes, y reflexionen un poco.
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Bruno
Por Osvaldo Bayer

Treviso (norte de Italia). Camino por el Prato di Fiera, hay aire de primavera aquí. Ya hay flores. Me vienen los recuerdos del sábado pasado. Uno de los momentos más increíbles de mi vida. En la Feria del Libro de Buenos Aires presentamos Carcoveando, un libro de relatos escritos por chicos de la villa de emergencia De la Cárcova, sí, la villa de José León Suárez, que esta ahí nomás, cercana a los basurales de la "Operación Masacre" descripta por nuestro querido Rodolfo Walsh. Sí, los chicos de una de las villas más carecientes, de esa escuela que tiene setecientos alumnos y no cuenta siquiera con un teléfono, fueron capaces de escribir un libro donde se mezclan las fantasías más inesperadas con las realidades fotográficas de la vida diaria. ¿La idea? De Claudia y Myriam, dos maestras de allí que los empujaron, los tomaron de la mano, les mostraron otros horizontes, los sacaron de la vida diaria de la villa y los llevaron al bosque de las ideas, a las alturas de los sueños y a la realidad de que ellos también saben expresar en palabras. Myriam y Claudia, sí, con chicos de ojos brillantes como estrellas y piel morena como la tierra. En la Feria del Libro. Dije allí que el ser humano nunca se va a dar por vencido y va a crear poesía donde los fusiles sólo quisieron la muerte como siempre. En aquel escenario de la masacre comenzaron a brotar las semillas pese a la muerte, al fuego, al egoísmo y los preconceptos. Y de la Feria del Libro, estos autores jóvenes como el amanecer irán "carcoveando" el 5 de junio al salón Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional. Cuando se entere Borges va a murmurar: "la fantasía se ha adueñado del Barrio Norte". Y hubiera escrito un cuento: "Los pibes de la esquina celeste".

Pero de la alegría de lo justo a la profunda tristeza de lo inexplicable. En la madrugada del lunes el llamado: ha muerto Bruno.

Levanto la cabeza. Miro los libros, que me observan en la eterna espera. Los lápices, las hojas en blanco. Ha muerto Bruno, a los veinte años. Veo que hay apenas tres o cuatro hojas escritas. Con frases para el futuro, planes, sueños. Me levanto; sólo puedo insistir, no me rindo. Ya sólo me queda regar las plantas, que me observan, siempre más verdes.

Estoy ya en Treviso, camino por el Prato di Fiera. Todo esto lo vio adolescente a Bruno. El joven increíble que leía, discutía, soñaba y proyectaba. Era el libertario soñado por la utopía. Entusiasta, hacedor, con ganas de meter la vida en todo. También en las sociedades pacatas de intereses y codazos. Sí, él eligió el secundario "científico" y no el humanista aunque solo no podía salvar el mundo y necesitaba para hacerlo el pensamiento humanista. Esa búsqueda lo hizo abandonar sus estudios por un breve tiempo y dedicarse a recorrer Europa para conocer la vida. Lo vieron muchos llegar con miles de jóvenes a Heiligendamm, en Alemania, a protestar contra la reunión de los Ocho, el G-8, de los que manejan el mundo. Lo vieron a Bruno, en el momento en que avanzaban más de 800 policías y soldados contra la protesta juvenil, él, Bruno, en ese momento les salió al encuentro y sin ninguna defensa les gritó a los uniformados –pleno de humor y desprecio– esa palabra italiana que lo dice todo: vaffanculo. Todos se quedaron perplejos ante la valentía de ese muchacho con aire de poeta. Lo hubieran podido destrozar. Pero él se quedó inmutable, sonriente, demostrando que la decisión de un ser humano puede ser más digna y tenaz que mil gatillos y corazas. Esa palabra vaffanculo tendría que utilizarse en cada manifestación popular contra la represión del poder.

Después Bruno recorrió diversos países trabajando en las más humildes labores para ganarse la vida y para conocerla bien desde abajo. Ya en Treviso iba a recibir la injusticia bruta. Los cabezas rapadas fascistas lo iban a sorprender a él y a un amigo y los golpearon con ferocidad. Poco después se iba a repetir lo mismo en una plaza.

Luego reinició sus estudios pero no ya en Treviso, una ciudad cada vez más derechizada donde se vive un constante racismo contra los trabajadores extranjeros. Reinició sus estudios en Trieste, una ciudad distinta, con una población más internacionalizada. Para él fue una nueva vida. Uno de sus amigos lo describe así: "Era un placer ver a Bruno cuando estaba presente. Siempre demostraba alegría. Era inteligente, simpático, hablaba cuatro idiomas, músico, tolerante y amante de la libertad".

Esa cualidad de amar la libertad iba a ser fatal para él en esa Italia que marchaba hacia el Berlusconismo. Su último viaje fue a Berlín, como intérprete del alemán ante sus propios colegas de estudio y sus profesores. Allí se sentía en el centro del mundo, por la historia de esa ciudad de la historia de la crueldad máxima del nazismo, pero al mismo tiempo, ciudad de la revolución de los obreros, soldados y campesinos del '19, con Rosa Luxemburgo, ese ser increíblemente justo y noble, asesinada a culatazos por los esbirros del poder.

De regreso lo esperaba el Norte de Italia con su irreversible retorno a la derecha. El triunfo de Berlusconi y sus aliados fue aplastante. El neofascismo volvió a salir a la calle. Bruno no comprendió cómo en Italia, que había dado tantos pensadores pacifistas que aconsejaban como única salida futura la paz, la sociedad cayera en un racismo tan desnudo y eligiera como líder máximo a un todopoderoso, representante del capitalismo más descarnado. El diario alemán Suddeutsche Zeitung tituló: "Paliza mortal". Simplemente así: "La extrema derecha italiana no pone ningún límite a sus excesos. Italia teme una nueva ola de violencia política". E informa la muerte a trompadas y patadas del joven Nicola Tommasoli a manos de cinco miembros de la juventud neofascista. Lo mataron porque sí. Ocurrió esto en Verona, la ciudad de Romeo y Julieta. "La ciudad del amor –dice el diario– que se ha convertido en símbolo del miedo que transita por las calles italianas." "El miedo ante el odio, la intolerancia, la decadencia social", explica en sus columnas y prosigue el diario: "Se puede sentir la inseguridad en todas las grandes ciudades italianas, en los míseros barrios pobres de los inmigrantes en las orillas romanas del Tíber, en las orgías alcohólicas en las calles que rodean a la Universidad de Bolonia, y los video-celulares de torturas sadistas entre estudiantes, todo esto hace temer la decadencia italiana." Para eso, más seguridad, más policía, más Berlusconi. El mismo diario alemán sostiene que "en Italia reina un clima cultural y político en el que florece el odio y la intolerancia con los más débiles". Ni pobres ni extranjeros es la divisa como si ellos fueran los culpables y no el sistema.

El diario italiano La Repubblica denuncia que el creciente neofascismo tiene como lema: "Caza al distinto" y publica fotos escalofriantes con jóvenes con carteles: "Veneto Fronte", "Skinheads" y con banderas fascistas con símbolos de imitación de la cruz svástica. Muchos de ellos son fans de clubes de fútbol. Se dicen herederos de los legionarios romanos y son apasionados por el boxeo. El diario La Tribuna titula el 7 de mayo "Alarma negra". Cruces svásticas, cruces celtas, cabezas rapadas... Lo curioso –o no– es que la mayoría de los neofascistas proviene de escuelas católicas.

Todo este clima fue determinante para Bruno, que no podía comprender la violencia. Estos hechos fueron minando su optimismo y cayó en la melancolía de que tal vez, pese a toda la lucha de parte de la humanidad, es ya imposible de lograr el Paraíso en la Tierra que él soñaba.

Tal vez, si Bruno hubiera conversado con las maestras Claudia y Myriam de la villa de José León Suárez habría desistido de su última voluntad.

Esto fue lo último que Bruno escribió a sus amigos, esta poesía de Hermann Hesse. Que lo dice todo. Todo lo que él nos quiso decir en su adiós.

Noche en vela

Porque no duermes...
Aquello que quieres
decirme en esta hora
¡no lo digas!
–mira abajo el fondo del lago
–que se vuelve oscuro
–y cómo se persiguen las nubes
–reflejándose en el negro terciopelo
¡No lo digas!
Esta es una mala noche
lo sé,
en esta hora aflora
en lo profundo de tu pecho
todo aquello que te apremia.
¡No lo preguntes!
De tu boca aparece
ahora la palabra que te hace infeliz
¡No la digas!
Esta es una mala noche
me lo dirás mañana.
No lo sabemos
quizás, tal vez...
mañana todo será milagrosamente fácil,
esto que ningún corazón puede soportar,
esto que hoy me hace tan infeliz.
¡No lo preguntes!
Esta es una mala noche.

Bruno era mi nieto.

martes, 29 de abril de 2008

Pero no lo digo yo...

(...) Frente al problema general de la sociología, quisiera decir en primer lugar que yo no me defino como sociólogo, sino como socialista revolucionario. (...) La respuesta es simple y lógica: o la sociología sirve como instrumento capaz de apoyar cambios de tipo político, o no me interesa como profesión.

Juan Carlos Portantiero
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Podría decir lo mismo acerca del periodismo. Pero trabajando donde laburo, no me da la cara.

jueves, 24 de abril de 2008

Carta de Claudio Díaz, ex redactor de Clarín

A él, todo mi apoyo. Que sepa que hay gente a la que le da verguenza lo que hicieron con él, y digámoslo, lo que hacen con todos nosotros los pasantes.

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Este viernes será mi último día de trabajo en el querido Zonal Morón / Ituzaingó.

He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.

Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.

A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.

Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.

En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio "periodístico" del Planeta Clarín y sus satélites.

La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata.

Y hasta la consideré razonable.

Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso "progresista" pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.

Hasta ahí todo bien.

Lo que siguió después es distinto.

Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que "de ahora en más" dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más "importante") y que me limitara a hacer -es textual- "notas blandas".

Una estupidez, realmente.

Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana..

No dieron argumento alguno para justificar la negativa.

La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre.

Sin embargo, dije "basta" y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.

Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: "hasta aquí llegué".

Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse.

En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa.

Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo… Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza!

Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo.

A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo.

Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones.

Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria.

Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que "algún día" se les reconocerá la diferencia salarial.

Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, "son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática", pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea. Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión?

Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo…): la demonización que practica el diario a través de un "inocente" semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias.

Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico.

En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente…

En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro.

Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella.

Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría.

¡Después cuestionan a D'Elía o a Moyano por las palabras "ofensivas" que lanzan contra el periodismo independiente y democrático!

La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo.

Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus "grupos de choque".

La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón.

Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer…: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio.

A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy.

Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado.

Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo.

Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva.

Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen.

Claudio Díaz

miércoles, 23 de abril de 2008

Uno que no entendía nada

Juan Gelman recibió el premio Cervantes, galardón de las artes hispánicas. Clarín puso:
 
"Es el cuarto argentino que lo obtiene después de Borges, Sabato y Bioy Casares. Tras la entrega del prestigioso galardón, el escritor ensalzó la poesía en estos 'tiempos mezquinos y de penuria', recordó a los desaparecidos y afirmó que las heridas de la dictadura en Argentina 'aún no están cerradas'".
 
Debo reconocer que no había leído nada hasta este entonces, así que no me la voy a dar de literato. Aunque eso sí, siempre supe que era un tipo a tener en cuenta. Movido por la curiosidad, busqué a ver qué había escrito. Entre sus poemas, me gustó mucho este.

Hechos

mientras el dictador o burócrata de turno hablaba
en defensa del desorden constituido del régimen
él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro
entre una piedra y un fulgor de otoño

afuera seguía la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/
la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando
la noche/él tomó el endecasílabo y

con mano hábil lo abrió en dos cargando
de un lado más belleza y más
belleza del otro/cerró el endecasílabo/puso
el dedo en la palabra inicial/apretó

la palabra inicial apuntando al dictador o burócrata
salió el endecasílabo/siguió el discurso/siguió
la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/la represión/
[la muerte/las sirenas policiales cortando la noche

este hecho explica que ningún endecasílabo derribó hasta
[ahora
a ningún dictador o burócrata aunque
sea un pequeño dictador o un pequeño burócrata/y también
[explica que
un verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor
[de otoño o

del encuentro entre la lluvia y un barco y de
otros encuentros que nadie sabría predecir/o sea
los nacimientos/ casamientos/ los
disparos de la belleza incesante

de "Hechos", 1978

Y les dejo, además, un "pequeño" extracto de su discurso al recibir el premio. No sean vagos, despierten a su cerebro. La muerte intelectual es sólo una de las tantas muertes posibles.

 (...) A la poesía hoy se premia, como fuera premiada ayer y aun antes en este histórico Paraninfo donde voces muy altas resuenan todavía. Y es algo verdaderamente admirable en estos "Dürftiger Zeite", estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria, como los calificaba Hölderin preguntándose "Wozu Dichter", para qué poetas. ¿Qué hubiera dicho hoy, en un mundo en el que cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza? Me pregunto cuántos habrán fallecido desde que comencé a decir estas palabras. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte.

Safo habló del bello huerto en el que "un agua fresca rumorea entre las ramas de los manzanos, todo el lugar sombreado por las rosas y del ramaje tembloroso el sueño descendía", Mallarmé conoció la desnudez de los sueños dispersos, Santa Teresa recogía las imágenes y los fantasmas de los objetos que mueven apetitos, San Juan bebió el vino de amor que sólo una copa sirve, Cavalcanti vio a la mujer que hacía temblar de claridad el aire, Hildegarda de Bingen lloró las suaves lágrimas de la compunción, y tanta belleza cargada de másvida causa el temblor de todo el ser. ¿No será la palabra poética el sueño de otro sueño?

(...) Y yo moría muchas veces y más con cada noticia de un amigo o compañero asesinado o desaparecido que agrandaba la pérdida de lo amado. La dictadura militar argentina desapareció a 30.000 personas y cabe señalar que la palabra "desaparecido" es una sola, pero encierra cuatro conceptos: el secuestro de ciudadanas y ciudadanos inermes, su tortura, su asesinato y la desaparición de sus restos en el fuego, en el mar o en suelo ignoto.

(...) Desde el lugar de presunto caballero andante quejoso de que las armas de fuego hayan sustituido a las espadas, y que una bala lejana torne inútil el combate cuerpo a cuerpo, Don Quijote destaca un hecho que ha modificado por completo la concepción de la muerte en Occidente: es la aparición de la muerte a distancia, cada vez más segura para el que mata, cada vez más terrible para el que muere. Pasaron al olvido las ceremonias públicas y organizadas que presidía el mismo agonizante en su lecho: la despedida de los familiares, los amigos, los vecinos, el dictado del testamento ante los deudos. La muerte hospitalizada llega hoy con un cortejo de silencios y mentiras.

Y qué decir de los 200.000 civiles de Hiroshima que el coronel Paul Tobbets aniquiló desde la altura apretando un simple botón. Piloteaba un aparato que bautizó con el nombre de su madre, arrojó la bomba atómica y después durmió tranquilo todas las noches, dijo. Pocos conocen el nombre de las víctimas cuya vida el coronel había segado. La muerte se ha vuelto anónima y hay algo peor: hoy mismo centenares de miles de seres humanos son privados de la muerte propia. Así se da en Irak.

(...)Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces.

Enterrar a sus muertos es una ley no escrita, dice Antígona, una ley fija siempre, inmutable, que no es una ley de hoy sino una ley eterna que nadie sabe cuándo comenzó a regir. "¡Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera!", exclama. Así habla de y con los familiares de desaparecidos bajo las dictaduras militares que devastaron nuestros países. Y los hombres no han logrado aún lo que Medea pedía: curar el infortunio con el canto.

Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular.

(...)Hace unos años ciertos poetas lanzaron una advertencia en tono casi legislativo: no hay que lastimar al lenguaje, como si éste fuera río coagulado, como si los pueblos no vinieran "lastimándolo" desde que empezaron a nombrar. Cuando Lope dice "siempre mañana y nunca mañanamos" agranda el lenguaje y muestra que el castellano vive, porque sólo no cambian las lenguas que están muertas. La lengua expande el lenguaje para hablar mejor consigo misma.

Esas invenciones laten en las entrañas de la lengua y traen balbuceos y brisas de la infancia como memoria de la palabra que de afuera vino, tocó al infante en su cuna y le abrió una herida que nunca ha de cerrar. Esas palabras nuevas, ¿no son acaso una victoria contra los límites del lenguaje? ¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía.

(...) El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie. Aunque bien decía Rilke: "[…] lo que finalmente nos resguarda/es nuestra desprotección". Ese atrevimiento conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser. Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. Marina Tsvetaeva, la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir.

 

lunes, 21 de abril de 2008

El Che y los mercenarios

El Che y los mercenarios por Osvaldo Bayer

Me dicen que Perón se ponía medio cachondo cuando hablaba del Che. Sonreía a toda boca y contaba: “Me vino a ver a Madrid y me preguntó si yo no tenía gente para la revolución. Y le contesté que no tenía”. Si fue así, tal vez haya sido el más grande error de apreciación del Che. Dos argentinos. De distintas generaciones. Uno murió en la acción, el otro en la cama abanicado por López Rega e Isabelita, mientras Ruckauf lloraba en un saloncito privado. Mientras Rodríguez Saá, De la Sota, Romerito, Barrionuevo y cierta mafia bonaerense se disputan los desechos del peronismo y Reutemann hace calentar sillas, el Che es cada vez más mito. En casi todos los dormitorios de la juventud, en vez del crucificado de ayer está su foto. El Cristo de la Revolución. A él lo crucificaron los norteamericanos con la ayuda de pobres mercenarios bolivianos sin calzoncillos.

Nos faltaba a los argentinos esa figura que poseían los mexicanos con Emiliano Zapata y los nicaragüenses con Sandino. Los convencidos de sus muertes. Los altruistas.

Teníamos otros, pero ningún Emiliano, ningún Augusto César, hasta que vino el Che. Y ya estamos a la par. Los tres asesinados, los tres liberadores, los tres que fueron siempre al frente. En tres pueblos de burócratas, mentirosos, putañeros, ladrones, cagados y cagones, de pronto ellos. Emiliano, Sandino y el Che. Ahí, en los bosques, las pampas, las villas.

Pero en monumentos, no. Acabo de venir del sur y nosotros los argentinos preferimos los monumentos a los que nos enseñaron la angurria y el racismo: por todos lados Roca y el perito Moreno, el perito Moreno y Roca. Aquel perito Moreno porque marcó definitivamente las fronteras del egoísmo con Chile y decía que los mapuches tienen “cara de sapo” y que creó la Liga Patriótica Argentina que en la Semana Trágica les enseñó a los judíos del Once a aprender que nosotros somos “argentinos y católicos”; y ese general Roca que fue a Londres a vanagloriarse de cómo había eliminado al “salvaje” y conquistado sus tierras para el negocio internacional. Los ingleses siguieron al pie de la letra y después en sus estancias eliminaron al tehuelche con sus famosos “cazadores de indios”. Gloria y loor, al perito, perito, perito y a Roca, Julio Argentino.

Pero nos quedamos con el Che. Con él no podemos hacer ni una interpretación sociológica ni politológica. No podemos decir que se equivocó. Era así. Tenía consagrada en la mirada la luz de los mártires. Y por undécima vez me voy a arrepentir por escrito cuando el 4 de enero de 1960, en aquella entrevista interminable, después que el Che nos explicó cómo había que hacer la revolución en la Argentina, yo le planteé lo casi invencible que era la represión argentina: policía, ejército, aeronáutica, marina y la derecha de los infinitos alcahuetes de la SIDE. Recuerdo sus ojos grandes mirándome con tristeza: “Son todos mercenarios”, fue su respuesta.

Claro, ¡cómo yo le voy a explicar los peligros al Che Guevara! Hago aquí mi autocrítica sentimental. ¿Cómo yo le puedo decir tan luego al Che que los uniformados que nos dio el egoísmo de nuestra sociedad pueden ser un peligro para sus ideales? No, fue un abuso de mi parte, una pequeñez, un atajo burguesito. El me siguió mirando con triste mirada. Claro, Ernesto Che, son todos mercenarios, no los puedes considerar ni como enemigos.

A él lo quisieron matar en vano los mercenarios y pasaron a la historia como meros asesinos, como los que en nuestro país quisieron matar en vano a los treinta mil mejores jóvenes de nuestra historia. Ya están muertos para siempre, los Videla y Massera, viviendo el resto de sus miserables vidas encerrados en sus propios excrementos de verdugos.

El Che fue el héroe máximo de una época de liberación. Hoy, los héroes de la dignidad del pueblo son los oradores de las asambleas en las calles, de los piquetes de los suburbios populosos y humillados, son los obreros que han tomado las fábricas abandonadas y producen el pan de todos los días con manos ágiles y mentes formadas en la solidaridad y el altruismo. Como el Che, en un mundo rodeado de mafias, caudillejos que se alían a criminales de uniforme, Jaunarenas que marcan el paso al lado de los militares asesinos que miran torvos a ver dónde pueden volver a repetir sus batallas contra el pueblo. Hadades que soban el lomo a los uniformados y civiles alcahuetes que vigilan que no se toque el poder de la injusticia y la desigualdad.

El Che, héroe argentino y latinoamericano para la eternidad. Sus asesinos son todavía los dueños de la tierra. Pero no han podido destrozar el símbolo, por más remeras que han producido. Está ahí, ni Dios ni tirano, un Hijo del Pueblo que no se calló la boca ni pactó nunca ante los mercenarios.

miércoles, 16 de abril de 2008

Resistencia y solidaridad cibernética

La página Genbeta (España) sacó un artículo en el cual advertía a los usuarios del MSN (Mázinger) que no hagan clicks en el spam "Fijate quién te desadmitió" por que es, a todas luces, un fraude para sacar las contraseñas de los incautos. Increíble que la gente siga cayendo en eso. A este tipo de estafa se lo conoce, en el mundo cibernético, como phishing.
La respuesta no se hizo esperar: estos agradables muchachos, luego de amenazarlos con que sacaran el artículo, tumbaron el servidor de la página, y está andando de vuelta, en forma precaria. Varios blogs alrededor del mundo se están sumando a la solidaridad con Genbeta, reproduciendo el artículo que les causó este perjuicio. Mis saludos para ellos.

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Parece mentira que después de tanto tiempo (¡años ya!) del invento de este fraude todavía haya gente que siga cayendo en él. Es muy simple, y seguro que muchos lo conocéis, simplemente se trata de páginas que ofrecen el servicio de mostrarte quién te tiene como no admitido o te ha eliminado del mésenyer a cambio de que les des tu datos de conexión, es decir, tu usuario y contraseña. Creía que este negocio ya estaba más que muerto, pero hoy mismo un par de contactos míos me han saltado con la típica ventanita que me acceda a una de esas páginas para que me lea el futuro.
Como norma general, dar la contraseña de tu correo a alguien que no pertenezca a tu familia ya es un suicidio tecnológico, y en este caso sería como darle la contraseña de tu tarjeta de crédito a una persona desconocida para que te muestre el dinero que tienes. ¿Quieres saber qué es lo que hacen? La mayoría de páginas, después de mostrarte esa información, se conectan a tu cuenta varias veces al día para molestar a todos tus contactos con spam descarado. Lo que es peor, esto puede colapsar tu cuenta y no sería raro que la perdieras para siempre, o al menos que la conexión sea pésima. Así que ya sabes, no des tu contraseña a ningún sitio web, o atente a las consecuencias.

Pero claro, ¡tú quieres saber quién te tiene como no admitido! Sorpresa: esos sitios, además de ser peligrosos, no funcionan. Microsoft cambió hace tiempo el protocolo para que los servidores de msn no difundieran esta información. Antes sí podías, pero ahora mismo ni siquiera puedes saber el estado de otra persona sin que ella te invite/admite o sin saber la contraseña de la cuenta (sin cambiar la configuración de la cuenta). Sin rebuscar demasiado, algunos sitios fraudulentos que siguen esta práctica serían: blockoo.com, scanmessenger.com, detectando.com, quienteadmite.info, checkmessenger.net, blockstatus, etc… Todos ellos son potenciales phishing, y ninguno funciona más allá de recolectar cuentas de correo.
Disculpad los lectores avanzados que ya habéis dejado atrás este tipo de engaños facilones hace mucho tiempo, pero es que hoy me he vuelto a conectar al messenger por obligación y me he dado cuenta de que las cosas han cambiado muy poquito.

Blog asesino

Noticias24.- Russell Shaw, un periodista de Portland especializado en tecnología y muy conocido entre la comunidad de blogs de BlackBerry, falleció el pasado 12 de marzo a la edad de 60 años: el New York Times sugiere que lo mató el stress de su blog. Shaw estaba cubriendo una conferencia tecnológica en California cuando lo sorprendió un infarto.

Shaw escribía para ZDnet el blog BlackBerry Beat, además de BBHub y numerosos diarios y revistas. También escribió libros sobre tecnología wireless y descargas ilegales en Internet.
Sus últimas palabras para sus compañeros en ZDnet fueron: “En mi hotel en San José. Tengo una especie de virus. Descansando ahora y continuaré más tarde o mañana”. Su novia, Ellen Green, dice que Shaw se sentía mal pero pensaba que se le pasaría durmiendo un rato.

El NYT recuerda a Marc Orchant , otro blogger de 50 años, que falleció en Diciembre pasado con un problema coronario “masivo”. Y a Om Malik, de GigaOm, con 41 años, que sobrevivió a un infarto el año pasado.

Leemos en el diario neoyorquino:
"Otros bloggers se quejan de aumento o pérdida de peso, desórdenes del sueño, agotamiento y otras enfermedades nacidas del desgaste continuo de producir para un ciclo de noticias e información que siempre está en marcha, como la Internet".

No hay diagnóstico oficial de muerte por bloggear, y la partida prematura de dos personas no califica como una epidemia. Tampoco hay certeza de que el stress del trabajo contribuyó a sus muertes. Pero amigos y familiares de los fallecidos, y sus compañeros trabajadores de la información, dicen que esas muertes les han hecho pensar acerca de los peligros de su estilo de trabajo.

El Times consultó al editor de TechCrunch, Michael Arrington. Arrington dice que ha ganado 30 kilos en 3 años y desarrollado problemas de sueño, y opina que su estilo de vida “no es sostenible”. El especialista en compañías nuevas o “start ups” en la red confirma para el Times que los trabajadores de la información tienen en su contra la enorme competitividad de un medio que no duerme y en el que la gloria se la lleva quien “postee” primero una noticia. “No hay ningún momento, ni siquiera cuando duermes, en que no te preocupes por perderte una noticia. Sería genial si acordáramos que ningún blogger o periodista pudiera escribir una historia entre las 8pm hora del Pacífico y el amanecer. Así todos podríamos descansar. Pero eso no sucederá nunca”.

Tratar de no dormir es una ventaja competitiva en el medio, por lo que en Gizmodo pasan la noche en vela a menudo y los bloggers se quedan dormidos encima de la computadora. Matt Buchanan, de 22 años, escribe en Gizmodo, uno de los más populares blogs de tecnología - y que tiene una guerra virulenta con su competidor Engadget. Dice tomar regularmente “una bebida suplementaria de proteína mezclada con café”.

Las recientes pérdidas de Shaw y Orchant en el medio han puesto a reflexionar a muchos, que viven la era de los blogs en condiciones similares a las que vivieron las obreras de la Revolución Industrial, excepto que lo muchas veces lo hacen desde sus propias casas. El NYT asegura que son “decenas de miles” los que se ganan el sustento diario escribiendo en Internet, bien sea como empleados de una compañía o como independientes. La novia de Shaw dice que Russell Shaw fue uno de los que se preocupó tras la muerte de Orchant y comenzó a hablar de tener un estilo de vida más sano.

Lamentablemente, el Sr. Shaw no pudo cambiar de rutina a tiempo.

Fuente: http://www.noticias24.com/tecnologia/?p=719

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A ver, empecemos a sumar: éste, Periodismo distorsionado (http://periodismodistorsionado.blogspot.com), el proyecto nuevo con Manu, mis posteos habituales en DTArg... cuánto de vida me queda? Yo decía a los 40, pero tal vez sea menos. Brindemos por eso!

lunes, 14 de abril de 2008

Arbolito

“En el año 1826, el gobierno de Bernardino Rivadavia, contrató al oficial prusiano Rauch, nada menos que para matar indios, su misión era limpiar la pampa bonaerense de los ranqueles, esos hermosos indios que poblaban estas zonas con absoluta libertad.

Bien, este oficial prusiano comenzó la liquidación de estos indios, y se guardan sus partes militares que hablan de su profunda sabiduría. Por ejemplo, dice que los indios ranqueles no tienen salvación porque no tienen sentido de la propiedad, también señalaba que los indios ranqueles eran anarquistas, así tal cual.

Bien, él se adelantaba, era un oficial prusiano muy valiente, se adelantaba a sus tropas 200 metros por lo menos blandiendo su espada y se encontró con la horma de su zapato, porque después de haber escrito un parte donde decía “hoy hemos ahorrado balas, degollamos a 27 ranqueles”, un indio joven, apuesto, alto de pelo largo, al que llamaban “Arbolito” lo estuvo esperando en una hondonada, y cuando pasó este coronel a toda velocidad en su corcel, se le fue detrás, le boleó el caballo, cayó el militar europeo, y el indio Arbolito cometió el sacrilegio de cortarle la cabeza. Así vengaba a tantos de sus compañeros de las pampas.

La Ciudad de Buenos Aires recibió con toda pompa el cadáver del militar europeo muerto de esa manera. Señalan los historiadores que fueron las exequias, las ricas de todo ese período argentino.

Arbolito se perdió en la inmensidad de las pampas, ya nadie lo recuerda. La ciudad donde ocurrieron los hechos se llama hoy Coronel Rauch, y muchas calles recuerdan al oficial prusiano, pero ninguna a ese héroe de las pampas… el querido Arbolito”.

Osvaldo Bayer

viernes, 4 de abril de 2008

El FUTURAMA llegó, hace rato

El creador de la máquina del suicidio se defiende: "Quiero ayudar a los pacientes que sufren"

Se trata del ex ministro de Justicia de Hamburgo, quien diseñó un dispositivo que les permite a los enfermos terminales aplicarse una dosis letal de cloruro de potasio. Afirmó que su invento "es el método más tolerable para quienes solicitan la eutanasia".


El ex ministro de Justicia de Hamburgo Roger Kusch no le teme a la polémica. Una muestra de ello es su reciente invento: la llamada "máquina del suicidio", diseñada para ayudar a morir a los enfermos terminales que deseen acabar con su vida. "Es el método más tolerable para aquellas personas que solicitan la eutanasia", asegura.

"Hay pacientes que están sufriendo y no pueden tolerar más el dolor. Yo quiero ayudar a esa gente", explica Kusch en una entrevista concedida a la CNN.

El ex funcionario alemán creó el dispositivo, muy criticado en su país, por "motivos estrictamente humanitarios".
La polémica invención es –en realidad- un aparato que usualmente se utiliza para inyectar medicinas. Kusch lo modificó y le agregó un botón que le permite al paciente accionar por sus propios medios el mecanismo que le inyectará una dosis letal de cloruro de potasio.

De este modo, señala, el paciente técnicamente se suicida, situación que protege legalmente a los médicos que deben asistir a los enfermos proporcionándoles las drogas letales.

La presentación de la "máquina del suicidio" se da en momentos en que el debate por la eutanasia se encuentra en el centro de la escena en Europa.

Sucede que en las últimas semanas se confirmó que la muerte de Chantal Sébire, una francesa que padecía un tumor incurable que le desfiguró el rostro y a la que la Justicia de su país le negó ayuda para morir, fue un suicidio. La mujer falleció a causa de la ingestión de una dosis letal de somníferos.

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Costará 50 centavos de dólar también?

martes, 25 de marzo de 2008

Rodolfo Walsh: al maestro con cariño

Se cumplen hoy 31 años de la desaparición de Rodolfo Walsh, el que haya sido tal vez uno de los mejores periodistas no digo del país, sino del mundo. El tipo supo narrar con frialdad periodística y pasión de ser humano las aberraciones cometidas por las distintas dictaduras que sufrió el país. Y precisamente, tanto a nivel periodístico como humanístico, con llegarle a los callos del talón, me conformo.

CARTA ABIERTA A LA JUNTA MILITAR

1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.

El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.

Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.

Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.

Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.

Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.

De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.

La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.

Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.

Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.

Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.

Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.

El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.

Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y los partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.

Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.

El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.

Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.

Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.

Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.

En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.

La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay.

La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.

Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.

A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.

En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.

Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares.

Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".

Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.

Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.

Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.

6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.

Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".14

El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".

Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.

Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh, C. I. 2845022

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977