lunes, 11 de mayo de 2009

Ni yanquis ni marxistas: hedonistas


En un universo paralelo, hubiera estado parado en medio del nuevo hospital de niños, en el nombre Perón, Evita, y el espíritu justicialista. Sin embargo, como no fue así, estaba parado en medio del Sheraton, sin entender del todo lo que está pasando. Caras caras, seguramente merca de la buena -laquetomamaradona-, mucho whisky bueno gratis (Chivas Regal, a los entendidos), mucho ron bueno gratis (La Habana, a los entendidos), mucho punchi, mucho de todo.
Ya que estaba en el baile y había que bailar, no quedó otra que calzarme mi campera de luca y media -lookearte como periodista cool, no tiene precio- y hacer sociales con la nada. Al margen, no podía evitar la odiosa comparación con la facultad de hacer sociales (al lado del bar Acá sí que no se coge): Marx y Lenin, dándose la mano con los creativos publicitarios en una gran orgía de colores rojos e interactivos.
Así fue, como mientras decidía cagarme en todo eso -literalmente: puedo afirmar que el papel higiénico del Sheraton es notablemente suave, digno de elogio-, las imágenes se sucedían una tras otra en mi mente: Trotsky disputándose la cuenta de Pampers con Stalin, Fidel como DGC de Almap impulsando la imagen del Che para una campaña de marketing de guerrilla, Firmenich cantando la marcha peronista abrazado a Vega Olmos, Mao below the line.
Salí corriendo, espantado de mis propias visiones, mientras una promotora con la cara de Evita (¿o era Nacha Guevara?) me ofrecía una revista promocionando el Festival Iberamericano Peronista. Otra que carnaval carioca.

5 comentarios:

Piter dijo...

Jajaja. Me hiciste recordar esta gran canción de Joaquín Sabina:

El muro de Berlín

Ese tipo que va al club de golf si lo hubieras visto ayer
dando gritos de “Yankies go home”, coreando slogans de Fidel.
Hoy tiene un adoquín, en su despacho, del muro de Berlín.
Ese mismo que tanto admiró la moral estilo soviet
por un catorce por ciento cambió la imaginación al poder.
Desde que a Hollywood llega una línea del metro de Moscú.

Ha muerto Rasputín, se acabó la guerra fría
que viva la gastronomía.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Rambo en Bucarest fumar la pipa de la paz.

Ese que “al capital Goma Dos” con spray pintaba en la pared,
sufre de exceso de colesterol si fluctúan los tipos de interés.
Y tiene un adoquín, en su despacho, del muro de Berlín.

No habrá revolución, es el fin de la utopía que viva la bisutería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Trotsky en Wall Street fumar la pipa de la paz.

Ha muerto Rasputín, se acabó la guerra fría, que viva la peluquería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
por lo menos que le pongan hash a la pipa de la paz.

Siempre que lucha la KGB contra la CIA gana la final la policía.
Sobre el rencor de clase floreció el amor: ayer Lenin y Sza Sza Gabor se casaban en New York.
No habrá revolución se acabó la guerra fría
se suicidó la ideología.
Y uno no sabe si reír o si llorar…

Loca_Sola dijo...

lo de Mao Below The Line es genial..

m. dijo...

"Fidel como DGC de Almap impulsando la imagen del Che para una campaña de marketing de guerrilla".

Touché

Federico dijo...

Alamierda!!!
Hernan! Deja de limarla,je.
Esta buena la discusión pseudomarxista ahora te pregunto...¿Tendra algo que ver con maradona disfrazado de oso peluche gigante o tato bores dando un monólogo sobre los escavéndios?

Saturno dijo...

Desde que te manejás en el mundo de la publicitè, te chocás con cosas muy raras... menos mal que no seguí la carrera.
Aunque no se que es peor.
Creo que terminaré siendo un albañil hedonista.
Salud Camarada.